A que recuperemos nuestro poder.
A despertar y reconectar con eso que ya vive en nosotras.
A vernos, reconocernos, validarnos, habilitarnos.
A aceptar nuestra humanidad, con sus contradicciones, y permitirnos probar, experimentar, mutar.
A deshacernos y desprendernos de lo que ya no necesitamos para ser.
A conectar con nuestro cuerpo (que siempre sabe) y nuestro corazón.
A transitar la contracción que la expansión requiere, desde el amor con nosotras.
A sabernos y sentirnos seguras con nosotras mismas.
A conectar con nuestro poder creador, fértil y abundante.
A liderar y liderarnos desde un lugar que nos nutra, no que nos consuma.
Quiero invitarte a manifestar y crear desde un lugar de amor por nosotras y confianza en nuestra intuición.
A dejar de pedir permiso para ocupar nuestro espacio, haciéndolo desde un magnetismo propio, que no necesita validación externa.
A construir desde la integridad, con la claridad y la confianza que vienen cuando estamos alineadas.
A decidir y elegir desde nuestra verdad y deseos más genuinos.
A cuidar sin sacrificarnos, liderar sin agotarnos, recordando que nuestro autocuidado no es negociable, es nuestra fuente de poder.